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@anaprieto

Cerrado por Trump

“No es una huelga contra el arte, el teatro o cualquier otra forma cultural”, dice la petición. “Es una invitación a motivar nuevamente estas actividades, a reimaginar estos espacios como lugares donde pueden producirse formas resistentes de pensar, ver, sentir y actuar”.

El J20 Art Strike (o “Huelga de arte del 20 de enero”) es un llamado a las instituciones culturales a cerrar sus puertas el día de la asunción de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, en protesta por lo que llaman “la normalización del trumpismo”: una mezcla tóxica de “supremacía blanca, misoginia, xenofobia, militarismo y gobierno oligárquico”. Entre los más de 130 firmantes se encuentra Joan Jonas, figura cumbre del performance art y representante de Estados Unidos en la última Bienal de Venecia. También dejaron sus firmas el escultor y Premio Príncipe de Asturias 2010 Richard Serra, y la joven y cotizada pintora Julie Mehretu.

Sin embargo, no a todos les parece una iniciativa inteligente. El MoMA de Nueva York ya avisó que el viernes 20 permanecerá abierto, lo mismo que el Museo Whitney, que ese día ofrecerá una programación que refleje su compromiso con “la diversidad del arte y la cultura estadounidenses”, y permitirá que el visitante pague lo que desee para ingresar.

Y también, cómo no, hay quienes opinan que la medida es decididamente estúpida, o peor, banal. Es el caso del crítico de arte de The Guardian Jonathan Jones: “Una huelga de arte es casi la idea menos eficaz para resistir a Trump sobre la que he escuchado”, escribió. “La izquierda estadounidense está en un largo y miserable período de irrelevancia si esta es su idea de lucha”.

Ouch.

Publicado en Revista Ñ, enero de 2017.

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